Compartiré mi experiencia con algunas secuencias de yoga que he practicado a lo largo de más de tres décadas para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y por lo tanto, mejorar la salud.
Durante dos horas nos enfocaremos en posturas restaurativas con el uso de apoyos, exploraremos los beneficios de diferentes tipos de asanas que permiten activar el sistema linfático, desbloquear algunos espacios y experimentar las sutilezas desde el cuerpo físico al orgánico (pranamayakosa).
IMPARTE
Alejandra Trossero. Maestra Certificada Iyengar Nivel 3.
FECHA
Domingo 31 de agosto, de 9:00 a 11:00 hrs.
VÍA ZOOM
Bienvenidos hispanohablantes de todo el mundo.
COSTO
Socios AMYI $400
Público general $550
MATERIAL
Un tapete, al menos tres mantas, dos cinturones, un bloque (preferible de madera), un bolster y una silla.
ALE TROSSERO
Mi encuentro con el yoga fue accidental. Comencé mi práctica hace cerca de 35 años, en Buenos Aires, Argentina. Primero, a través de una amiga que se preparaba para su certificación en el método Iyengar y necesitaba alumnos y luego, de manera más formal, bajo la guía de Marina Chaselon, que recién regresaba después de un año en Pune, estudiando con Guruji.
En 1996 decidí emigrar a Londres y ahí comencé a tomar clases en el bello estudio del Instituto de Iyengar Yoga de Maida Vale, uno de los pocos estudios diseñados exclusivamente para la práctica de yoga en la tradición de BKS Iyengar. En ese tiempo conocí a Guruji en una de sus visitas al Instituto, y tomé clases magistrales con Geeta Iyengar, fue un tiempo de mucho aprendizaje, estudio y transformación.
Por entonces mi salud comenzó a debilitarse debido a una enfermedad que afectaba mi sistema inmunológico y tuve la suerte de recibir apoyo de excelentes maestros como Mira Metha, Gerry Chambers, Linda Purvis y June Whittaker. El yoga fue el motor que impulsó una rápida recuperación (además de la asistencia médica que recibí).
La exploración del yoga como herramienta para mejorar la salud la profundice aún más con Cristian Pisano, con quien estudié de manera regular durante más de dos décadas. Él sembró en mí el interés en profundizar en el estudio de los textos de yoga y me obligó a explorar otras maneras de practicar, enfocando mi práctica a una puramente restaurativa y a olvidarme de la práctica de asanas activa. Esto no solo mejoró mi salud sino que transformó profundamente mi comprensión del yoga.
Después de 15 años en Londres, me mudé a Kuala Lumpur Malasia, donde el yoga Iyengar recién comenzaba. Nanda Kumar me pidió que diera clases en el recién inaugurado BKS Iyengar Yoga Shala. Sin tener una certificación comiencé a dar clases y a formarme como maestra bajo la guía de Birjoo Metha, quien había sido encomendado por Guruji para formar maestros en el sureste asiatico. Es ahí donde recibí mi primera certificación en 2013.
Luego llegan más mudanzas y por mi trabajo llego a Panamá, con una recomendación de Cathy Rogers de ponerme en contacto con “las mexicanas”. Así es como comienzo a viajar regularmente a México y continuar mi certificación, hasta alcanzar el Junior Intermediate III en 2020, y establecer una comunidad de yoga Iyengar en Panamá, junto a Milvia Martinez.
En estos momentos vivo en La Habana, Cuba y sigo mi estudio y exploración del yoga Iyengar bajo la guía de Lois Steinberg.












